Los indicadores de calidad en la educación
La educación es un proceso de enseñanza-aprendizaje, una relación de simbiosis que mantienen profesor y alumno, ya que, de alguna forma, ambos aprenden el uno del otro. Es decir, es aquel proceso en el que se da una socialización por parte de varios individuos.
Por lo general, mientras el educador facilita ciertos conocimientos, uno o varios educandos adquieren una determinada formación de aprendizajes, habilidades, valores, creencias y hábitos.
La educación como derecho
La educación no es solo este proceso, sino que también se caracteriza por ser un derecho que tienen todas las personas. Existen varias formas de ejercer este derecho, pudiendo así hacer una distinción entre formal, no formal o informal.
Los tipos de educación
La educación formal, también denominada como reglada, es aquella en la que, como su propio nombre indica, existen unas determinadas normas a seguir. Se da dentro de un establecimiento educativo oficial, abarcando desde la educación primaria hasta la educación superior. Se lleva a cabo de forma intencionada y conlleva un currículo específico, así como la obtención de un determinado título considerado oficial.
La educación no formal también se lleva a cabo de forma intencionada. Sin embargo, esta se encuentra dentro de instituciones habilitadas, pero no oficiales. Se trata de una educación complementaria a la formal.
La educación informal es aquella forma de educación que no tiene por qué darse de una forma intencionada. No está institucionalizada, sino que suele darse entre grupos sociales, y se adquiere a lo largo de toda la vida.
La calidad educativa
Dentro de la educación formal, al ser esta considerada como un derecho fundamental, aparece el término de calidad educativa. Aunque se trata de un término complejo, subjetivo y amplio, podríamos definirlo como, aquel conjunto de factores que permiten juzgar su valor. La calidad educativa, por tanto, hace referencia a cómo se está llevando a cabo ese proceso educativo, a si realmente satisface las necesidades básicas de aprendizaje.
Al ser este un término tan profundo, a veces, resulta complicado distinguir cuándo se da y cuándo no esa calidad. Por ello, queremos mostrar algunos indicadores que se deben tener en cuenta a la hora de hablar de la existencia de un sistema educativo de calidad.
Los indicadores de calidad
La equidad e inclusividad, entendidos como aquella práctica que debe ser capaz de atender las necesidades de cada uno de los alumnos para que todos puedan tener la oportunidad de beneficiarse de esa educación, son los primeros términos que deben tenerse en cuenta a la hora de medir los indicadores de calidad educativa. Hablamos, entonces, de la atención a la diversidad, donde se da una respuesta educativa individual, minimizando cualquier diferencia que pueda darse entre el alumnado, y permitiendo, a su vez, el máximo rendimiento académico de todos.
También lo es la participación democrática, para formar personas que participen de forma libre y responsable en los procesos de la sociedad, teniendo todos igualdad de oportunidades y derechos.
El respeto y la tolerancia también están incluidos dentro de estos indicadores, pues debe formarse al alumnado bajo estos conceptos al ser un pilar fundamental para el desarrollo de la sociedad. Es necesario crear una educación que tenga como base el aceptar las diferencias que puedan darse sin discriminar ni menospreciar ninguna de ellas y considerando a todos y todas como iguales.
La adquisición y uso eficiente de los recursos es otro indicador, no menos importante que los primeros. Es esencial que una educación de calidad pueda contar con todos aquellos materiales y recursos necesarios para impartir la misma de la mejor forma posible.
Los países con mayor calidad educativa
Recursos como el informe PISA ayudan a conocer la efectividad de los recursos educativos de cada país, aunque este en concreto esté enfocado a la medición de los conocimientos académicos de los alumnos. Sin embargo, la UNESCO define los siguientes países como aquellos con la mejor calidad educativa, teniendo en cuenta los diferentes factores mencionados anteriormente y no solo los conocimientos:
- Canadá: hablamos del país que más invierte en educación de los que componen el G8. Debido a la división de territorios y a las características culturales, históricas y sociales de sus ciudadanos, se fomenta la conservación de las diferentes lenguas y culturas que lo habitan.
- China: el país prioriza las habilidades personales a los títulos, promoviendo el desarrollo como individuos emprendedores y creativos mayoritariamente.
- Finlandia: su sistema de educación pública apuesta por la reducción de contenidos y la digitalización, trabajando por proyectos bajo la tutela de los mejores docentes minuciosamente seleccionados.
- Singapur: este país apuesta por métodos que incentivan el uso de la reflexión y el criterio propio, evitando la memorización. Buscan formar a personas de manera humana, y de ahí su gran inversión en educación.
Cabe destacar que una educación no es de calidad si la misma no es útil ni tiene valor a lo largo de toda la vida de los individuos. Por ello, la educación debe ser cambiante y estar adaptada a cada etapa en la que nos encontremos, permitiendo así la obtención de conocimientos que puedan ser puestos en práctica.
A pesar de haber mencionado los aspectos más esenciales a la hora de elaborar una educación de calidad, existen multitud de indicadores más que podrían tenerse en cuenta para alcanzar ese éxito y perfeccionamiento educativo, como podrían ser la motivación, el clima de convivencia, la asistencia escolar o la autoestima académica. Siempre es necesaria más inversión en la materia y la elaboración de planes de mejora de la educación para cumplir los objetivos deseados.