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El cine como recurso didáctico 

cine como recurso didáctico
Red Educa

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Lun, 19/02/2024 - 08:31

En el siglo XXI, la educación se enfrenta a un desafío constante: adaptarse a un entorno cambiante y proporcionar a los estudiantes las herramientas necesarias para comprender la complejidad del mundo contemporáneo. Esta comprensión del mundo implica adaptar las competencias artísticas y lingüísticas a las nuevas construcciones culturales, estéticas y narrativas que nuestros alumnos consumen diariamente.  

Las formas narrativas han experimentado muchos cambios en los últimos años, cada vez jugamos más con los géneros híbridos y con la inclusión de diferentes lenguajes para componer una misma historia. Y el cine puede ser un recurso muy útil para comprender la relación entre diferentes medios, la fusión de lenguajes artísticos y el intercambio de técnicas entre medios comunicativos. Enfocados en el complejo proceso de construcción artística de una película, el cine dejará de utilizarse en las aulas como transmisor de valores para convertirse en una poderosa herramienta de reflexión artística.  

Cine y educación: una perspectiva intermedial  

La intermedialidad entendida como la convergencia de diferentes medios de expresión, encuentra en el cine un terreno fértil para su manifestación. El séptimo arte, al combinar elementos visuales, auditivos y narrativos, se erige como un medio efectivo para el estudio de la interacción entre lenguajes artísticos. En el ámbito educativo, esta interconexión permite trascender las barreras disciplinarias, permitiendo a los estudiantes desarrollar una sensibilidad artística más aguda y contar con las claves de lectura necesarias para entender los productos culturales que componen su realidad social.  

Los productos intermediales se encuentran intrínsecamente ligados a las capacidades tecnológicas de cada período histórico, y en la actualidad, las oportunidades para fusionar lenguajes artísticos y crear nuevos géneros son muy eclécticas. Además, estos productos son accesibles para la mayoría de usuarios, ya que desde cualquier dispositivo podemos producir, editar y publicar contenidos de diversas índoles.  

De esta manera, el receptor puede disfrutar de los productos artísticos utilizando los cinco sentidos y aprovechando todas las herramientas lógicas e interpretativas a su disposición. Esta experiencia abarca la evocación de conocimientos y vivencias vitales, convirtiendo la apreciación estética e interpretativa en una vivencia integral. A pesar de que el concepto de intermedialidad está sujeto a debate y constituye un campo de estudio con numerosas ramificaciones, posee un gran potencial al ayudarnos a tomar conciencia de la materialidad de las prácticas comunicativas, manteniéndose receptivo a las tendencias contemporáneas de la sociedad, ya sean cotidianas, artísticas o culturales.  

Desarrollando la competencia en conciencia y expresión culturales 

En el lenguaje cinematográfico, imagen, texto y audio tienen una estrecha relación. Las imágenes no solo traducen lo que se dice en el guion, todo lo contrario, las imágenes expresan lo que no muestran las palabras. El cine se caracteriza por la contaminación de diferentes lenguajes y por la polisemia que nace del fructuoso encuentro entre texto e imagen que favorece la creación de muchos significados.  

Además, el cine es un influyente agente socializador, ya que exhibe modelos de conducta, desencadena reacciones, comunica creencias y valores, entre otros muchos aspectos. Actualmente, el cine es ampliamente reconocido como un testigo del mundo, convirtiéndose en un espejo en el cual se refleja la realidad social y contribuye activamente a la construcción del conocimiento. Así, el cine se convierte en un recurso muy útil para reflexionar sobre los horizontes de sentido que construyen nuestra propia visión del mundo.  

Al estudiar el cine como un producto intermedial, el alumnado no solo se familiariza con la semiótica cinematográfica, sino que también desarrolla la capacidad de analizar y crear significados a través de la interacción de diferentes elementos. Esto contribuye a la formación de individuos críticos y con una comprensión más profunda de la comunicación simbólica en el mundo contemporáneo. Por ello, el cine, entendido en su naturaleza intermedial, se presenta como una estrategia imperativa de innovación y resalta una falla en la estructura subyacente a todo sistema educativo: la extrema fragmentación de los objetos de estudio en áreas aisladas y autosuficientes.  

El cine como vía de aprendizaje

En el contexto de una sociedad en constante evolución, es imperativo que los currículos educativos se adapten para satisfacer las necesidades y expectativas del alumnado. La inclusión del cine como recurso didáctico no solo enriquece la experiencia de aprendizaje, sino que también acerca la educación a la realidad contemporánea.  

En este sentido, las metodologías intermediales pueden ser interpretadas como una suerte de “alfabetización” en diversos lenguajes que no se limitan exclusivamente a la escritura pura. Siguiendo la perspectiva de Freire en su propuesta de una pedagogía de la liberación, la alfabetización se erige como la principal herramienta emancipadora de la ciudadanía. Generando posibilidades para la reflexión, el diálogo y la comunicación, siendo una herramienta que surge y se desarrolla a través de la acción y la creatividad.  

La actualización curricular implica no solo la incorporación de contenidos relacionados con el cine, sino también la integración de nuevas metodologías de enseñanza que aprovechen las potencialidades de este medio. La creación de proyectos interdisciplinarios, la utilización de tecnologías audiovisuales en el aula y la promoción de la alfabetización mediática son algunas de las estrategias que pueden optimizar el impacto del cine en la educación.

 

Texto escrito por María Mercedes Pérez Gómez

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