Neuroeducación en el proceso de enseñanza-aprendizaje

La neuroeducación es un campo de estudio que combina la neurociencia y la educación con el fin de comprender cómo funciona el cerebro mientras aprende y cómo se puede utilizar esta información para mejorar los proceso de enseñanza y aprendizaje. La neuroeducación se enfoca en conocer los procesos cerebrales que están involucrados en el aprendizaje, la memoria, la atención, la motivación y el comportamiento, para así desarrollar estrategias educativas más adaptativas que se ajusten a las necesidades individuales de los alumnos y aprendices. Busca mejorar la calidad de la educación mediante el conocimiento de los procesos cerebrales y su aplicación en contextos educativos.
¿Qué es la neuroeducación?
La neuroeducación trata de usar los conocimientos basados en la neuroimagen y pretende evolucionar para atender al modo de interactuar del cerebro con su entorno en cada proceso de enseñanza. La línea de investigación en neuroeducación se centra en la resolución científica de las preguntas sobre el sistema cognitivo humano. La neuroeducación enseña, pues, una nueva mirada sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje desde los conocimientos de la neurociencia aplicada.
Por otro lado, la escuela es el lugar ideal para el aprendizaje. A diferencia del proceso llamado “instrucción”, que se puede efectuar en otros lugares, como el hogar, la escuela te permite la educación con herramientas y actividades específicas que implica socialización e interacción con un grupo de personas de la misma edad.
La neuroeducación crea lazos entre la neurociencia básica y sus aplicaciones en educación. Aún existe una importante brecha entre los conocimientos neurocientíficos y sus posibilidades en un sistema educativo real. Por ello es esencial la figura de un mediador entre el mundo profesional de la neurociencia y los profesionales de la educación. Esta figura emergente es el “neuroeducador ”.
El Funcionamiento del Cerebro en el Contexto Educativo
El cerebro humano es un órgano complejo cuya estructura y funcionamiento son fundamentales para entender cómo aprendemos. Se estima que el cerebro humano contiene alrededor de 86 mil millones de neuronas, las cuales se comunican entre sí a través de sinapsis. La plasticidad cerebral, es decir, la capacidad del cerebro para modificar sus estructuras y funciones en respuesta a la experiencia, es uno de los principios clave en neuroeducación. Esta propiedad del cerebro es crucial, ya que significa que, a lo largo de toda la vida, el cerebro es capaz de reorganizarse y formar nuevas conexiones neuronales, lo que es esencial para el aprendizaje.
Cuando un individuo aprende algo nuevo, se activan redes neuronales específicas que permiten la adquisición de conocimientos o habilidades. El cerebro humano es especialmente sensible a la información en sus primeras etapas de desarrollo, lo que explica la importancia de la estimulación temprana en la educación. No obstante, la plasticidad neuronal persiste a lo largo de la vida, lo que implica que las personas pueden seguir aprendiendo y adaptándose a lo largo de su existencia.
En el proceso de aprendizaje, el cerebro utiliza mecanismos como la memoria de trabajo, que permite almacenar y manipular temporalmente la información, y la memoria a largo plazo, que facilita la consolidación de los conocimientos adquiridos. La interacción entre estas dos formas de memoria es fundamental para la retención y el uso efectivo de la información. Además, factores como la motivación, las emociones y el contexto social juegan un papel crucial en cómo se procesan y retienen los aprendizajes.
¿Cuáles son los elementos que la conforman?
Los elementos de esta neurociencia son aquellos aspectos que deben ser considerados al momento de aplicar los conocimientos de la neurociencia en el ámbito educativo. Entre ellos destacan:
- Aprendizaje: la neuroeducación se enfoca en cómo el cerebro aprende, como se forma la memoria y cómo se realiza la consolidación de la información.
- Desarrollo cerebral: la neuroeducación se basa en la comprensión del funcionamiento del cerebro en relación con las diferentes edades y momentos del desarrollo par así identificar estrategias pedagógicas adecuadas.
- Motivación: la neuroeducación comprende la motivación y cómo ésta afecta al aprendizaje, permitiendo identificar factores que influyen en la motivación de los estudiantes.
- Emociones: se abordan las emociones cómo influyen en el conocimiento y como pueden ser reguladas para mejorar el rendimiento académico.
- Atención: se atiende a la atención y cómo mantenerla durante el proceso de aprendizaje.
- Neuroplasticidad: la neuroeducación se centra en la capacidad del cerebro para cambiar y adaptarse, identificando d esta manera formas de mejorar los procesos de enseñanza.
- Individualidad: se tiene en cuenta las diferencias individuales y capacidades únicas de cada alumno, permitiendo la adaptación de estrategias pedagógicas a las necesidades específicas de cada estudiante.
Aprender y memorizar es cambiar, y es también crear conexiones y estructuras en el cerebro. Cuando dichos cambios ocurren en los circuitos neuronales se puede afirmar que dicho cambio es duradero en la persona. Por ello, la labor fundamental de los docentes, pues son ellos quienes tienen la responsabilidad de formar a los futuros profesionales de nuestra sociedad. Esta ciencia, también plantea la idea de que el profesor debe saber captar el foco atencional del alumno mediante temas que tengan interés para los estudiantes, para no solo conseguir el aprendizaje, sino la diversión educativa.
Otra vertiente de la Neuroeducación es el concepto de Inteligencia Emocional. Definimos este término como la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones, esto es, un constructo que se refiere a la capacidad de los individuos para reconocer sus propias emociones y las de los demás.
Un elevado nivel de inteligencia emocional nos permite formar relaciones sanas y equilibradas dentro del núcleo familiar, en la escuela y en el trabajo. También es la herramienta básica para la autocrítica positiva, un recurso muy útil para reconocer nuestras propias cualidades y virtudes con un propósito de mejora y poder dar lo mejor de nosotros mismos en cualquier ámbito.
El cerebro humano está programado para protegerse del peligro. Cuando aparecen sentimientos de miedo o ansiedad el cerebro centra su atención en superar el sufrimiento y remediar la adversidad. En situaciones de alerta, el cerebro reduce el número de procesos cognitivos, queda dominado por emociones adversas y emociones negativas. Por ello en muchos de estos procesos entra el juego la neurociencia, relacionada con la educación de emociones y experiencial para poder adaptarnos a los acontecimientos vitales.
En conclusión, podemos afirmar que no se puede separar la enseñanza del aprendizaje. Las neurociencias nos han mostrado claves esenciales que nos llevan a cambios en las redes neuronales que facilitarían el proceso de aprendizaje: la primera entrenar habilidades y aprendizajes, y la segunda, regular nuestras emociones en diversos ámbitos para poder obtener resultados exitosos.
La Integración de la Neurociencia y la Psicología Educativa: La Base de la Neuroeducación
La neuroeducación surge de la convergencia de los hallazgos de la neurociencia y las teorías psicológicas educativas. Los avances en neurociencia cognitiva han permitido a los investigadores entender mejor cómo los procesos cerebrales influyen en el aprendizaje. Esto ha proporcionado una base científica sólida para las prácticas pedagógicas, lo que permite a los educadores utilizar enfoques que están respaldados por evidencia empírica.
Por ejemplo, la investigación en neurociencia ha revelado que el cerebro humano es más receptivo a ciertos tipos de estimulación en diferentes etapas de su desarrollo. En este sentido, las primeras etapas de la infancia son fundamentales para el desarrollo de habilidades cognitivas y emocionales. A medida que el cerebro se desarrolla, la información se procesa de manera más eficiente, pero también se requiere de una mayor especialización de las áreas cerebrales para el manejo de habilidades complejas. Estos hallazgos tienen importantes implicaciones en la manera en que se organiza la educación en distintos niveles.
Uno de los descubrimientos más relevantes en neurociencia es la importancia de la consolidación de la memoria. Los estudios han demostrado que el cerebro procesa la información de manera más efectiva cuando el aprendizaje es espaciado, es decir, cuando se distribuye a lo largo del tiempo en lugar de realizarse en una sola sesión intensa. Este concepto es respaldado por la teoría del aprendizaje distribuido, que sugiere que el aprendizaje se consolida mejor cuando se interviene en intervalos regulares.
Asimismo, el conocimiento sobre el ciclo del sueño ha demostrado ser esencial para entender cómo el cerebro consolida los recuerdos y las habilidades aprendidas. El sueño, especialmente el sueño profundo, es vital para la consolidación de la memoria, lo que subraya la importancia de un descanso adecuado en el proceso educativo. Este es un factor que ha sido tradicionalmente desestimado en muchos entornos educativos, pero que en la neuroeducación se reconoce como un elemento clave para el aprendizaje efectivo.
En definitiva, la neuroeducación ofrece un marco integrador que permite a los educadores entender cómo los procesos cerebrales, la psicología educativa y las metodologías pedagógicas se combinan para favorecer el aprendizaje.