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Aprende paso a paso cómo preparar un debate en el aula

Debate aula
Red Educa

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Vie, 08/09/2023 - 13:41

Fomentar el pensamiento crítico, la argumentación sólida y la escucha activa son desafíos clave en la educación actual. ¿Y si existiera una herramienta capaz de desarrollar todas estas habilidades a la vez? El debate en el aula no solo es un ejercicio de expresión oral: es una poderosa estrategia pedagógica que transforma a los estudiantes en pensadores activos, capaces de construir y defender ideas con respeto y evidencia. Pero, ¿cómo hacer un debate escolar efectivo? Te guiamos paso a paso para organizar un debate exitoso en el aula clase. ¡Adelante!

¿Cómo funciona el debate en el aula?

El debate tiene como finalidad tratar aspectos polémicos o ampliar la información trabajada previamente, proponiendo comparaciones con otras épocas o situaciones históricas. A través del planteamiento de temas para debate controvertidos, permite que el alumnado practique aspectos educativos como el trabajo colaborativo, la argumentación, la oratoria, la conciencia crítica, el respeto, la tolerancia a la diversidad y la empatía.

Para que este recurso comunicativo no se limite a un espontáneo intercambio de ideas y pase a ser una propuesta didáctica, necesitará una fase previa de explicación de instrucciones y preparación informativa. Por lo tanto, se recomienda realizarlo en varias sesiones (al menos una para la preparación y otra para la realización del debate).

Fases de un debate

Presentación del tema

La profesora presenta el tema de debate y propone posibles preguntas para debate relacionadas para despertar la polémica. La finalidad es entrar en los detalles para poner en evidencia la diversidad de opiniones en la clase. Esta fase ayudará a formular la pregunta central del debate (que suele coincidir con la que provoca más disparidad de argumentos contrapuestos).

Presentación de fuentes informativas

En muchas ocasiones los/as alumnas/os no tienen una opinión formada sobre un tema o es estereotipada. La causa es la falta de información verificada. Por ello, es importante que se planifique un tiempo para informarse y se les proporcione las fuentes informativas necesarias.

Creación de equipos y preparación del cuadro de trabajo

Tras formar equipos de dos o cuatro personas, el grupo debe crear un cuadro de síntesis que refleje las dos posturas contrapuestas que serán debatidas. Es importante que, aunque el trabajo sea grupal, cada miembro del equipo tenga su cuadro.

Selección de los debatientes y sus posturas

Los/as mejores oradores/as, quienes sepan mejor hablar en público, son los que defienden su postura y la contraria, por eso se aconseja que sea la suerte quien decida qué posición les tocará debatir. Una fórmula es asignar números de forma aleatoria (por ejemplo, del 1 al 4, si el grupo lo forman cuatro alumnos/as). Tras el reparto de números, los pares defenderán una postura y los impares, la contraria.

Preparación del aula

Físicamente, la clase aula debe reflejar las dos posturas contrapuestas. Por tanto, se recomienda que existan dos bloques de mesas diferenciados con un espacio central vacío (o donde no pueda situarse ningún alumno/a). Una vez que todo el alumnado está ubicado en una de las dos zonas correspondientes a su postura, se dejan varios minutos para que se organicen los turnos de intervención y los argumentos a defender dentro de cada equipo.

Selección del moderador/a e inicio del debate

El/la moderador/a es la figura que dará paso a las intervenciones y recordará las normas si fuera necesario. Este perfil permite a la profesora tener tiempo para tomar notas y evaluar. La suerte decidirá qué equipo inicia el debate. Cada debatiente que quiera participar pedirá la palabra con la mano alzada. Cuando el/la moderador/a le conceda el turno, se levantará y mirando al bloque contrario, realizará su intervención.

Fin del debate

El debate finaliza con una última ronda de intervenciones (que por su importancia puntúa doble). Antes de iniciarla, se deja un tiempo de preparación. El equipo debe elegir a su mejor debatiente y terminar con su mejor argumentación o una síntesis de su postura. Aquí es donde suele destacarse un buen ejemplo de debate, especialmente cuando se logran conectar ideas con claridad, respeto y profundidad.

Evaluación

Después se realiza y se explica el puntaje de cada grupo en relación con las cuatro normas. Si el debate ha transcurrido correctamente, todos/as los participantes tendrán una nota positiva. El equipo con mejor puntuación tendrá mejor valoración.

Valoración

Es importante realizar una valoración grupal sobre la actividad, a la vez que comentarios individuales. Destacar lo positivo, aconsejar y proponer mejoras ayudará a consolidar el debate como recurso educativo. Personalmente, es una de las herramientas didácticas que más disfruto por la buena aceptación y participación que tiene entre el alumnado, sobre todo al trabajar con temas de debate para adolescentes, que conectan directamente con sus intereses y preocupaciones. ¡Toda una caja de sorpresas!

Normas del debate

Las normas sirven para que el debate se produzca correctamente y también para evaluar al alumnado. Son cuatro:

Participación

El grupo que más participantes tenga en el debate se llevará la mayor puntuación. Para evitar que ningún/a alumno/a monopolice la actividad, no se permite que intervenga en dos ocasiones seguidas.

Argumentación

Se valorará las intervenciones que utilicen las fuentes informativas estudiadas y que estén bien construidas. El grupo que más argumentos adecuados aporte (se aconseja apuntarlos en la pizarra), tendrá la mayor valoración en este apartado. Los argumentos pueden ser de defensa de su postura o de cuestionamiento del equipo contrario.

Respeto

Los gritos, comentarios peyorativos y faltas de respeto en general suponen una calificación negativa.

Oratoria

Se valorará positivamente un uso de la terminología relacionada con el tema y una correcta manera de expresarse, al igual que el uso de frases elaboradas y una adecuada forma de comunicarse oralmente (tono de voz, gesticulación, conexión, visual…). Se trata de una actividad para quitar el miedo a hablar en público.

Es importante que la valoración se vaya realizando a la par que el debate (por ejemplo, anotando las puntuaciones en la pizarra) para que los grupos puedan cambiar sus estrategias, ver sus fortalezas y aprender de sus errores.

Texto escrito por Cristina Gorriz de la Cal

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