Cómo se desarrollan los miedos infantiles

Seguro que has experimentado miedo en algún momento de tu vida. Es una emoción universal, arraigada en nuestra biología como una herramienta de supervivencia. Sin embargo, cuando se trata de los más jóvenes de nuestra sociedad, los niños y niñas, el miedo adquiere matices particulares que merecen nuestra atención y comprensión como profesionales. ¡No te lo pierdas y sigue leyendo! 

Partimos de la base de que los miedos infantiles son emociones complejas que surgen en los niños como parte de su proceso de desarrollo. Desde una perspectiva evolutiva, estos miedos están diseñados para proteger a los niños de situaciones potencialmente peligrosas, ayudándoles a sobrevivir en un mundo que puede parecer desconcertante y amenazante. A nivel biológico, el miedo activa una respuesta de lucha o huida en el cuerpo, preparando al niño para enfrentar o escapar de una situación peligrosa. 

Pero, el miedo tiene una función. Para comprender mejor la importancia de los miedos infantiles, consideremos un ejemplo cotidiano. Pongamos que un niño pequeño siente miedo cuando se encuentra con un extraño. Este temor, lejos de ser irracional, puede ser crucial para su seguridad. Los miedos infantiles, como este, actúan como señales de alarma, alertando al niño y a sus cuidadores sobre posibles amenazas en su entorno. Además de proteger al niño de situaciones de peligro inminente, los miedos infantiles también pueden fomentar un comportamiento cauteloso y prudente, ayudando al niño a aprender a evaluar y evitar riesgos potenciales en el futuro. 

TEORÍAS RELEVANTES SOBRE LOS MIEDOS INFANTILES 

Desde el campo de la psicología del desarrollo, varios autores han contribuido con teorías que ayudan a comprender mejor los miedos infantiles. Por ejemplo, según la teoría del apego de John Bowlby, los miedos de los niños pueden estar relacionados con la calidad de sus relaciones con los cuidadores principales. Un niño que experimenta un apego seguro tiende a sentirse más protegido y seguro, lo que puede ayudar a mitigar sus miedos.

Además, la teoría del desarrollo cognitivo de Jean Piaget sugiere que los miedos infantiles pueden estar influenciados por el desarrollo de la comprensión del niño sobre el mundo que lo rodea. Por ejemplo, los niños en la etapa preoperacional tienden a tener miedos más fantásticos y menos realistas, mientras que los niños en la etapa operacional concreta pueden tener miedos más relacionados con situaciones concretas y reales. 

MIEDOS PROPIOS DE LA EDAD VS FOBIAS 

Es importante destacar que los miedos infantiles pueden variar según la etapa del desarrollo de los más pequeños/as. Durante la primera infancia, es común que experimenten miedos relacionados con la separación de los padres y madres, los extraños/as, los ruidos fuertes o la oscuridad. Estos miedos suelen ser temporales y desaparecen a medida que la persona adquiere más experiencia y confianza en su entorno.

Sin embargo, cuando un miedo persiste a lo largo del tiempo y causa un malestar significativo en el peque, puede convertirse en una fobia. Las fobias infantiles son trastornos de ansiedad que requieren atención profesional para ser tratados adecuadamente. Es importante estar atento a la duración y la intensidad de los miedos de nuestros peques para determinar si es necesario buscar ayuda profesional. 

EL PAPEL DE LOS ADULTOS 

Como adultos, es fundamental que sepamos cómo abordar los miedos infantiles de manera sensible y comprensiva. En lugar de minimizar o ridiculizar los temores de la población infantil, debemos escucharlos con empatía y brindarles el apoyo que necesitan para superar sus miedos. Esto puede implicar proporcionar información tranquilizadora, enseñar estrategias para enfrentar el miedo de manera efectiva y crear un entorno seguro y amoroso en el que estos se sienta cómodo expresando sus emociones. Además, es importante modelar comportamientos tranquilos y seguros, demostrando a los niños que el mundo no es tan aterrador como a veces parece. 

MIEDOS INFANTILES EN ENTORNOS ESCOLARES 

No solo las familias son las que deben saber y conocer cómo trabajar los miedos infantiles si no que aquí, el apoyo en el entorno escolar es otra parte fundamental ya que este desempeña un papel crucial en la vida de nuestra población infantojuvenil ya que pasan una parte significativa de su tiempo en la escuela o la guardería. Por lo tanto, es fundamental que el profesorado esté preparado para abordar los miedos infantiles de manera efectiva y comprensiva.  

Por ello, vamos a ver algunas estrategias que podéis usar en vuestro centro escolar: 

Crear un Ambiente Seguro.

Las personas se sienten más seguras y cómodas cuando están en un entorno acogedor y familiar. El profesorado puede trabajar para crear un ambiente escolar donde los niños se sientan seguros para expresar sus emociones y hablar sobre sus miedos sin temor al juicio o la burla. Prueba implicarles en la decoración de las aulas con colores cálidos y acogedores, proporcionar áreas de descanso tranquilas donde puedan relajarse y ofrecer actividades que fomenten la expresión emocional, como dibujar o escribir sobre sus sentimientos. 

La educación sobre emociones.

El profesorado puede incorporar la educación emocional en el currículo escolar, enseñando a los niños sobre diferentes emociones y cómo reconocerlas y manejarlas de manera saludable. Esto puede incluir actividades como leer libros sobre emociones, jugar juegos de roles para practicar la expresión emocional y discutir estrategias para lidiar con el miedo y la ansiedad. 

Es importante que el profesorado anime a los niños a hablar sobre sus miedos y preocupaciones de manera abierta y honesta. Así fomentaremos la comunicación abierta en el aula lo que puede implicar dedicar tiempo en el aula para discutir sobre los miedos comunes de los niños, proporcionar oportunidades para que compartan sus experiencias personales y ofrecer apoyo y orientación individualizada cuando sea necesario. 

Al implementar estas estrategias y trabajar en colaboración con las familias, el profesorado puede desempeñar un papel fundamental en la creación de un entorno escolar seguro y de apoyo donde los niños puedan aprender, crecer y desarrollarse de manera saludable a pesar de sus miedos infantiles.

Texto escrito por Paula Oya