¿Conoces el maravilloso bote de la calma?
Educar en inteligencia emocional es muy importante desde las edades más tempranas. Ayuda a los menores a identificar y controlar sus emociones, lo cual ofrece numerosos beneficios como pueden ser el fomento de la seguridad en sí mismos, el aumento de su autoestima o tener mejores reacciones y, por tanto, actuar de una mejor manera ante situaciones inesperadas.
El bote de la calma para trabajar la inteligencia emocional
Existen numerosas formas, así como herramientas, para trabajar las emociones en todas las edades.
Las técnicas de relajación son herramientas que ayudan con el control del estrés y la ansiedad. El bote de la calma es un elemento que resulta de una gran ayuda en este proceso.
¿En qué consiste?
El bote de la calma se trata de una botella rellena de purpurina y agua. Funciona como una terapia para los niños, ya que les sirve para canalizar sus emociones cuando no saben muy bien como gestionarlas.
Cuando el menor la agita con fuerza, puede observar cómo la purpurina se mueve descontrolada por todas partes, como son sus emociones cuando siente frustración, enfado o ansiedad. Cuando deja de moverla, la purpurina poco a poco comienza a caer lentamente al fondo, al igual que sus emociones pasan y al final se consigue ese estado de relajación en el que todo vuelve a estar en orden.
¿Cómo lo podemos elaborar?
Para elaborar un bote de la calma, indispensablemente necesitaremos los siguientes materiales:
- Una botella de plástico
- Agua
- Purpurina
- Pegamento o glicerina
Algunos aspectos a tener en cuenta para la elaboración de esta botella de la calma es que la purpurina se recomienda que sea de algún color en tono claro que favorezca la relajación. Además, también se puede usar colorante alimenticio para darle color al agua, en caso deseado.
Ahora que tenemos todos los materiales necesarios, vamos a explicar cómo se tendría que realizar.
En primer lugar, vertemos el agua en la botella sin llegar a llenarla entera. A continuación, debemos añadir dos cucharadas de pegamento y se removerá todo muy bien. El siguiente paso es la purpurina. Debemos añadir entre dos o tres cucharadas de purpurina, puede ser de un único color o podemos mezclar varios, pero como indicábamos anteriormente, es muy importante que la selección de estos colores sea en tonos que favorezcan la calma. Entonces, tendremos que volver a remover todo para que se mezclen todos los elementos. Si deseas echarle colorante al agua, este será el momento. Por último, volveremos a echar un poco más de agua, cerraremos la botella y la agitaremos muy bien.
De esta forma tan sencilla ya tendríamos una herramienta muy útil para fomentar la calma cuando sea necesario.
¿Cómo funciona?
El bote de la calma, como decíamos, es ideal para alcanzar ese estado de relajación y aprender a controlarse en el sentido socioemocional. Por ello, debemos usarla en esos momentos en los que el pequeño siente una emoción desagradable y necesita disminuir su nivel de ansiedad para sentirse mejor.
Su utilización podría ser de tal forma que en ese momento en el que se encuentra mal, le animamos a que se siente. Le ofreceremos la botella y le pediremos que la agite con mucha fuerza. Entonces tendrá que observar el movimiento de la purpurina, viendo como al principio está descontrolada moviéndose por toda la botella. En este momento le iremos señalando que esto es lo que está ocurriendo con sus emociones, las cuales están descontroladas y le hacen sentir ese malestar. Le volveremos a pedir que se concentre en cómo esta purpurina poco a poco va bajando hasta acabar en el fondo de la botella. Le indicamos que observe como al igual que esta purpurina ha ido descendiendo muy lentamente hasta alcanzar esa tranquilidad, sus emociones también lo han hecho y como ahora está mucho más relajado.
Es muy importante que todo este proceso lo hagamos a su lado, no solo para ir señalándole lo que debe hacer y en qué debe enfocar su concentración en cada momento, sino también para hacerlo sentir acompañado y seguro.
Beneficios del bote de la calma
Este bote es una herramienta que el menor utilizará en esos momentos en los que esté sufriendo alguna emoción que le genere molestia. Mientras lo agita va a liberar tensión, y cuando se concrete en observar el movimiento de la purpurina se favorecerá a su relajación y descenso de la ansiedad acumulada.
Además de ayudar a disminuir esa angustia, también resulta muy eficaz para estimular tanto la concentración como la atención.
Es de utilidad para cualquier niño que presente, en un momento puntual, una emoción irritante. Pero también es muy interesante para trastornos de la ansiedad infantil, para hiperactividad, o incluso para niños con trastornos del espectro del autismo o problemas de conducta.
Y aunque pueda parecer una actividad para niños, también es favorable en adultos, para lograr esa relajación que en tantas ocasiones puede ser complicado conseguir.
El bote de la calma es una gran manualidad que, además de ser divertida realizar, va a ser muy provechosa cada vez que se requiera su uso.