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Las rutinas de pensamiento

Rutinas de pensamiento
María Pilar Garrido

María Pilar Garrido

Lun, 23/10/2023 - 12:36

Es innegable que las nuevas tecnologías nos están facilitando nuestro día a día constantemente, en especial en lo relacionado con el acceso a todo tipo de información. Ahora, tecleando una única pregunta o término relacionado a aquello sobre lo que queremos obtener información, nos encontramos a golpe de clic con cientos de páginas al respecto. Por lo tanto, ahora más que nunca se hace necesario educar al alumnado en las aulas y enseñarles a pensar y a ser críticos con aquello que se encuentran. ¿Cómo podemos conseguirlo? Os presentamos las rutinas de pensamiento. 

¿A qué llamamos rutinas de pensamiento?

Las rutinas de pensamiento nos ayudan a ordenar las ideas y los conocimientos para sacarles el mayor partido posible a la hora de generar opiniones, pensamiento crítico u organizar el estudio en base a nuestras necesidades. De esta forma, el alumnado también podrá trabajar de manera más dinámica, tanto en grupo como individualmente.

Así pues, podemos definirlas como unos instrumentos utilizados por el docente cuyo principal objetivo es que el alumnado, de una manera individual o colectiva discutan sobre su pensamiento por medio de la reflexión y el razonamiento. Por lo tanto, se trata de una herramienta ideal que ayuda a reflexionar al alumnado sobre su pensamiento en relación con un tema concreto, así como darse cuenta de si en algún momento ha cambiado ese pensamiento y por qué ha ocurrido. 

Características

Las rutinas de pensamiento constan de pocos pasos, además de ser fáciles de aprender, enseñar y recordar. Pueden ser usadas en repetidas ocasiones y contextos, generando gran interés por su versatilidad. Pueden ser usadas en cualquier etapa o asignatura, y ayudan a construir una fuerte cultura del pensamiento. Dinamizan el desarrollo de la clase y generan hábitos mentales beneficiosos.

Ejemplos de rutinas de pensamiento

  • Los puntos cardinales

Esta rutina consiste en organizar a la clase en los cuatro puntos cardinales. Los alumnos deberán elegir su situación ante afirmaciones planteadas para determinar su opinión con respecto a un tema, o para valorar el grado de conocimientos que se tiene sobre algo.

Cada uno de los puntos tiene asignado un significado: el Sur indica total conformidad con la idea expuesta, mientras que el Norte significa total desacuerdo con ella. El Este podemos denominarlo como un ‘no lo sé, pero creo que sí’, y el Oeste como un ‘no lo sé, pero creo que no’.

  • El semáforo

La rutina del semáforo resulta útil a la hora de organizar las ideas y los contenidos de las asignaturas en función del grado de conocimiento que los alumnos tengan sobre ellos. El color verde se le asignará a todo aquello que se domine con soltura y que no suponga un problema. El amarillo será para todo el contenido que se conozca más o menos bien, pero que genere duda en algunas ocasiones y que deba reforzarse para que pueda pasar a verde. En color rojo, el último, se situará todo aquello que no se sepa, suponga problemas o esté pendiente de aprender. De este modo, el alumnado puede tener una mejor percepción de sus conocimientos, pudiendo saber a qué dar prioridad según las cosas que lleven peor. Es una buena estrategia para optimizar su tiempo de estudio. 

  • Veo-Pienso-Me pregunto

Con esta rutina, los alumnos observarán una imagen durante un breve periodo de tiempo, y posteriormente deberán responder a la pregunta: ¿qué es lo que ves?

Tras ello, el profesor preguntará a los estudiantes sus pensamientos sobre la imagen y qué preguntas o dudas les surgen al mirarla. De manera colectiva, los alumnos expondrán sus dudas y visiones comenzando las frases con afirmaciones tales como ‘yo veo’, ‘yo pienso’, o ‘yo me pregunto’ para contrastar sus pensamientos y visiones con las de sus compañeros. A través de este proceso se fomenta el trabajo en grupo y el desarrollo de ideas, hasta llegar a un consenso común con el que todos estén satisfechos.

  • Hotspots

Para trabajar esta dinámica necesitaremos materiales como notas adhesivas o post-it. En el aula, se deberá plantear a los alumnos un tema para que estos escriban sus opiniones y puntos de vista al respecto en los pequeños papeles. A continuación, se clasificarán las respuestas en función del realismo que reflejen, colocándose aquellas que sean vitales en el centro, acompañadas de aquellas que se puedan considerar verdades. Más alejadas del punto central se encontrarán aquellas que, de acuerdo con el consenso colectivo de los alumnos y el profesor, no sean ciertas. La rutina consigue que todo el pensamiento de los alumnos tenga visibilidad, además de ayudar a llegar a puntos comunes entre todos.

Las rutinas de pensamiento conforman una metodología que, sin duda, ha llegado para quedarse y que cada vez está cogiendo más peso en las aulas, pues los docentes son conscientes de la importancia que tiene educar al alumnado con un sentido crítico para que ellos mismos sean capaces de juzgar la información que llega a sus manos y sepan discutirlo con sus iguales. 

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