Adultos que se niegan a serlo: conoce el síndrome de Peter Pan

Muchas personas se sienten atraídas por la idea de permanecer en un estado de juventud eterna y no hacerse responsables de ser adultos. El fenómeno del síndrome de Peter Pan ha llamado la atención de muchos psicólogos y sociólogos al reflejar una relación entre aferrarse a la juventud y evitar las responsabilidades propias de la vida adulta. Vamos a profundizar en las causas y consecuencias de este comportamiento para comprenderlo mejor:
¿En qué consiste el síndrome de Peter Pan?
El síndrome de Peter Pan reside en personas de 30 o 40 personas que tienen una actitud infantil e inmadura, que eluden sus responsabilidades de adultos. Por tanto, convivir con este tipo de personas es muy complicado por su inmadurez, falta de responsabilidad y compromiso. No existe una categoría clínica para clasificar este fenómeno, pero se le conoce como síndrome de Peter Pan. Hace alusión al personaje ficticio de Disney que representa a un niño que nunca crece y odia el mundo de los adultos.
¿Qué hacen las personas con síndrome de Peter Pan?
Lo vemos más presente en los hombres y se relaciona con problemas para asumir responsabilidades. Buscan a una persona de la que dependen y quieren que le cuide y proteja. Este perfil de comportamiento presenta las siguientes actitudes:
- Idealizan la juventud y verbalizan que no quieren ser mayores
- No se suelen comprometer y cumplir promesas
- Siente, piensa y actúa como si fuera un niño
- Es egoísta y siente que todo el mundo gira a su alrededor
- Es inseguro y tiene una baja tolerancia a la frustración
- Necesita mucho cuidado y atención
¿Cuáles son las causas que provocan este comportamiento?
El comportamiento de las personas con síndrome de Peter Pan no coincide con su edad física o cronológica. Tienen una actitud inmadura, infantil, irresponsable y tienden a evitar todo. Se trata de una conducta problemática tanto en el ámbito emocional como en el social, cuyas causas más comunes son:
- Apego evitativo: uno de los síntomas del síndrome de Peter Pan está relacionado con los estilos de apego evitativo, caracterizado por evitar la intimidad en las relaciones, la desconexión emocional y la necesidad de ser independiente. Esto ocurre sobre todo en la infancia si existe una falta de afecto estable y competencias emocionales desarrolladas por el niño. Por tanto, en el futuro se forman adultos que evitan la intimidad emocional, y no son capaces de crear vínculos sólidos, saludables y maduros.
- No existe una inteligencia emocional: es lo que ocurre en los adultos que sufren el síndrome de Peter Pan que tienen competencias emocionales correspondientes a un niño de 3 años. Por ello, se vuelven incapaces de lidiar con la inteligencia emocional, la frustración y entienden lo que significa ser adulto y vivir en sociedad. Se resisten a los cambios.
- Personalidad narcisista: esta falta de responsabilidad e inmadurez se traduce en tener una personalidad narcisista. Se refiere a personas egoístas, buscan ser el centro de atención y cargan sus responsabilidades en otros.
- Crianza deficiente: si ha tenido una crianza sobre protectora o deficitario, alteran el desarrollo psicosocial normal de un niño. Si existe una ausencia de límites claros, de asumir responsabilidades desde la infancia o se le permiten muchas cosas, estamos hablando de síntomas del síndrome de Peter Pan.
¿Y sus consecuencias?
Ya conocemos qué es el síndrome de Peter Pan y sus causas que lo provocan. La sobreprotección de los padres puede ser una de las grandes causas que pueden conllevar las siguientes consecuencias:
- Egoísmo
- Dependencia de algunas personas
- No respetan opiniones ni comportamientos de los demás
- Desafía
- Tiene miedo a la soledad
- No le interesa el mundo laboral
- No lleva bien el estrés
- Tienden a la depresión, al trastorno del estado de ansiedad y ánimo
- No quieren asumir responsabilidad
- Conductas pasivo-agresivas
- Le da miedo el compromiso
- No pueden alcanzar metas personales
¿Qué ocurre si se desarrolla el síndrome de Peter Pan?
Tras analizar las causas que provocan este fenómeno, vamos a ver cómo tratar a personas con síndrome de Peter Pan. Lo primero es que hay que prevenir que se desarrolle, tratándoles desde pequeños con amor, fijando unas pautas de conductas firmes que les proporcionen a los niños ciertas responsabilidades a cada edad. Tienen que aprender a afrontar los retos y dificultades desde pequeños, creciendo y madurando.
Si ya se ha desarrollado el síndrome de Peter Pan, hay que centrarse en tres fases:
- Aprender a responsabilizarse de cosas cotidianas y vivir como un adulto
- Enseñar a manejar pensamientos, interpretando la realidad, resolver cuestiones que le molestan
- Aceptar que no podemos vivir sin responsabilidades