Personalización
La personalización, según la Real Academia Española (RAE), se define como la acción de personalizar que, a su vez, es dar carácter personal a algo. Por tanto, podemos decir que la personalización es aquella acción por la que se adapta algo a las características o las necesidades de alguna persona.
Si nos centramos en el ámbito educativo, diríamos, por tanto, que la personalización de la enseñanza se trata de la elaboración de un modelo de aprendizaje regulado y adaptado a las características de cada estudiante, con el principal objetivo de alcanzar las máximas capacidades posibles y obtener mejores resultados.
Como se señala en Coll (2015):
El aprendizaje personalizado vendría a ser la contrapartida de la enseñanza diferenciada, es decir, el tipo de aprendizaje que aspira a promover una enseñanza respetuosa con la diversidad de ritmos y caminos que sigue el alumnado en su proceso de aprendizaje y que intenta ajustarse lo máximo posible a esta diversidad (p. 4).
Como vemos, el centro de esta propuesta se encuentra en la realidad de que cada persona tiene su propio ritmo, objetivos, necesidades, intereses y exigencias. Cada persona tiene sus propias particularidades y es irrepetible.
De hecho, se entendería personalización educativa como ese conjunto de recursos, estrategias y actuaciones que tienen como fin fomentar aprendizajes que tengan tanto sentido como valor para todo el alumnado (Esteban-Guilart et al., 2020)
Por todo ello, para que la educación tenga sentido y obtenga los resultados esperados, es indispensable adaptar y personalizar este proceso a cada alumno.
Tener en cuenta este aspecto y considerar su enorme importancia, lleva a que se tenga, cada vez más, en cuenta en todos los procesos de enseñanza-aprendizaje y distintos niveles educativos.
Es la única forma de poder cubrir aquellas necesidades a las que la educación tradicional no es capaz de llegar. Y, además, se obtendrán resultados más satisfactorios, consiguiendo un alcance educativo mayor.
Con todo lo anterior, podríamos señalar que, la personalización de la enseñanza es esencial debido a los numerosos beneficios que presenta, entre los cuales podemos señalar:
- Mejores resultados y rendimiento académico
- Disminución de las tasas de absentismo escolar
- Mayor compromiso educativo por parte del alumnado
- El estudiante se convierte en el protagonista de su aprendizaje
- Aumenta la motivación
- Se favorece la autonomía del alumnado
Por su parte, la labor docente es clave en el proceso de aprendizaje para conseguir el objetivo. Como nos afirman Pérez et al. (2019) el papel que juegan los docentes es fundamental durante todo este proceso.
Para lograr esa personalización es indispensable que este profesional conozca las debilidades y fortalezas de cada estudiante para personalizar de manera objetiva el aprendizaje.
En este sentido, cambian los roles de estos participantes, adquiriendo el alumnado un papel protagonista, mientras que el docente deja de estar en el centro.
Ahora el docente deberá buscar que el alumnado aumente sus conocimientos conectando los aprendizajes con la realidad, de manera que los mismos serán más duraderos a lo largo del tiempo y por ello, tendrá más calidad.
Por su parte, el alumnado, y tal como hemos comentado, pasará de tener un rol más pasivo a uno más activo, siendo el protagonista de su propio aprendizaje. Su actuación será definitoria para su desarrollo personal.
Una herramienta que será una gran aliada en dicha personalización educativa es la tecnología, siendo un enorme apoyo tanto para los estudiantes como para los docentes. Es un instrumento poderoso en el proceso de enseñanza-aprendizaje capaz de enriquecer la experiencia formativa, a pesar de los numerosos retos a los que debería hacer frente, como es la formación por parte del profesorado, el cual, en su gran mayoría, aún no tiene una gran soltura en su manejo.
Volver al glosario