Globalización
La globalización es un término acuñado en 1990 utilizado para designar un amplio conjunto de fenómenos que están relacionados entre sí por la integración económica, social y cultural de las diversas áreas del mundo. El concepto encuentra su raíz en el ámbito económico. Con él se describen los procesos por los cuales se instaura una tendencia al dominio de la economía mundial por parte de las grandes empresas multinacionales. De esta manera, se crea un nuevo modelo de consumo y producción cada vez más uniforme. Estas dinámicas económicas suponen una mayor autonomía de las empresas respecto a los Estados, provocando irremediablemente el agravamiento de los desequilibrios estatales.
Los fenómenos de globalización son causa y efecto de la progresiva hegemonía de las nuevas tecnologías. Los procesos de producción e intercambio de mercancía, así como la inmediatez de las comunicaciones han generado un sistema uniforme que, inexorablemente, ha permeado en la estructura social y cultural de todo el mundo.
A través de estos procesos de unificación, se ha instaurado una interdependencia entre países a nivel social, cultural, político, tecnológico y sanitario. Las consecuencias de la globalización han generado un intenso debate por su naturaleza dicotómica. Haciendo una lectura de este fenómeno en positivo, la globalización ha permitido una inmediatez en las comunicaciones, ha reducido la distancia espacio temporal y los costes de producción. Sin embargo, lecturas más humanistas de la globalización advierten de sus peligros. Estos sistemas económicos han generado igualmente un ritmo esquizofrénico de destrucción medioambiental, han contribuido a aumentar la brecha social, favorecen la pérdida de las identidades locales, además de aumentar el poder de empresas multinacionales desfavoreciendo las soberanías nacionales y la autonomía de las economías locales.
La influencia de la globalización en la conformación de las nuevas sociedades supone consecuentemente la creación de sujetos civiles internacionales. Desde esta perspectiva, la inclusión de una multiplicidad de identidades en un espacio común ha conllevado durante las últimas décadas del siglo XX una intensificación de movimientos solidarios e inclusivos. Surgen numerosas organizaciones que luchan por la defensa de los derechos humanos, comunidades religiosas, organizaciones sindicales, movimientos feministas, movimientos de defensa medioambiental, etc. En definitiva, se conforma una sociedad más abierta y plural.
En medio de este ambiente de aceleración tecnológica, de inmediatez y de hegemonía mercantil, la educación se hace eco del debate y se abre a nuevas reflexiones sobre cómo educar. El paradigma técnico-científico que constituye la base de la sociedad actual ha desplazado la educación de espíritu humanista que imperaba en el siglo pasado. Los nuevos retos educativos hacen frente a la construcción de identidades cada vez más cosmopolitas, la toma de consciencia de nuevas realidades, tanto físicas como virtuales, o el debate en torno a la concepción de la escuela como un servicio público o como producto de consumo.
Las nuevas tecnologías de la información abren una multiplicidad de caminos para el acceso al conocimiento. La escuela como Institución y el rol del profesor cambia su naturaleza propedéutica para convertirse en mediadores de la información. De esta manera, los docentes se ven relegados a ayudar al alumno a construir su propio conocimiento en base a las búsquedas de información y a usarla de manera crítica y adecuada.
La escuela debe hacerse cargo de las reflexiones que encierra este nuevo paradigma mundial. Debe ser una herramienta para la transformación social, para engendrar subjetividades múltiples que convivan en armonía y dotar a los alumnos de estrategias que les permitan hacer una lectura crítica y consciente de la propia realidad; convirtiéndose en estandarte de convivencia, democracia y desarrollo, ampliando el prisma a una ciudadanía global e aplicándose en la construcción de programas que ayuden a la conservación del planeta y del desarrollo social
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