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El trastorno de lateralidad consiste en la no definición del hemisferio predominante que hace a los niños ser diestros o zurdos, sino que pueden serlo de forma indistinta a la hora de llevar a cabo determinados comportamientos. Aun con la posibilidad de que puedan ser ambidiestros a la hora de patear un balón o escribir, por ejemplo, los niños pueden mostrar síntomas del trastorno de lateralidad que permita a los profesionales formados en Cursos en Lateralidad en Niños, detectarlos de forma precoz. Entre estos comportamientos encontramos las dificultades en la adquisición del lenguaje oral o escrito, en la concentración, la comunicación, la comprensión de las matemáticas o el desequilibrio.
El desarrollo de la lateralidad es uno de los aspectos más importantes en el proceso de aprendizaje a lo largo de la escuela. El cerebro se compone por dos hemisferios: el izquierdo y el derecho; cada uno controlan y guían una serie de acciones. Gracias a la diferencia de las funciones de uno de otro, el niño puede distinguir entre el derecho y la izquierda y ubicarse. La lateralidad conlleva una serie de fases:
- Identificación. En esta etapa el niño vas cogiendo los objetos y los manipulan, comienza la interacción.
- Alternancia. En este caso, se encargan de explorar el entorno y de ir a un lado y a otro.
- Automatización. Por último, en este caso, el niño poco a poco va automatizando muchas de las cosas, comienzan a emplear el lado dominante.
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Existen diferentes tipos de literalidad en función del hemisferio que clasifica, interpreta y da salida a la información en el cerebro. Así, encontramos la lateralidad diestra, donde domina el hemisferio izquierdo del cerebro; la zurda, en sentido contrario; la zurdería contrariada, en la que predomina el izquierdo, pero utiliza el derecho influenciado por aspectos culturales o sociales; ambidextra, que permite utilizar ambos hemisferios; lateral cruzada, en la que se utilizan ambos, pero como consecuencia de conexiones entre el ojo, el oído o los dos; lateral indefinida, que no sigue una tendencia definida. El Curso en Lateralidad en Niños llevará a cabo un recorrido formativo por cada una de ellas para así diseñar actividades que estimulen las sinapsis.
Es importante que la lateralidad se defina de manera espontánea y natural sin necesidad de forzarla. Asimismo, hay que tener en cuenta que los niños van estableciendo su preferencia, por un lado, u otro, pero todo siempre a través de la experiencia. Los niños y las niñas con la definición de la lateralidad presentan una buena organización psicomotora, le permite llevar a cabo muchas tareas como la coordinación del movimiento.
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