Exclusión
El desarrollo global ha traído consigo sociedades más avanzadas y con mayores niveles de bienestar, pero, además, se han generado nuevos fenómenos que sitúan a una parte de la población en situaciones de vulnerabilidad y riesgo de exclusión social.
El concepto no solo se relaciona con la dimensión económica, sino que comprende otros procesos que influyen y se relacionan con el bienestar de la persona (educación, vivienda, formación, salud, …).
La exclusión social se ha convertido en un término protagonista al sustituir al fenómeno clásico de la pobreza. Esto se debe a las limitaciones de esta para definir los problemas y limitaciones que hoy en día afronta la ciudadanía en todas las áreas de su vida. Con el término exclusión social no solo se pone el foco en los recursos, sino en la importancia de las relaciones y la multidimensionalidad del problema.
En el siguiente cuadro, elaborado a partir de Tezanos (1999), aparecen recogidos los aspectos de diferenciación entre ambos:
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Manuel Castells (2001) la define como “el proceso por el cual a ciertos individuos y grupos se les impide sistemáticamente el acceso a posiciones que les permitirían una subsistencia autónoma dentro de los niveles sociales determinados por las instituciones y valores en un contexto dado”. Normalmente, “… tal posición suele asociarse con la posibilidad de acceder a un trabajo remunerado relativamente regular, al menos para un miembro de una unidad familiar estable. De hecho, la exclusión social es el proceso que descalifica a una persona como trabajador en el contexto del capitalismo”.
Por otra parte, la Comisión de las Comunidades Europeas (1992) la definió como “la imposibilidad de gozar de los derechos sociales sin ayuda, en la imagen desvalorizada de sí mismo y de la capacidad personal de hacer frente a las obligaciones propias, en el riesgo de verse relegado de forma duradera al estatus de persona asistida y en la estigmatización que todo ello conlleva para las personas y, en las ciudades, para los barrios en que residen”.
La exclusión social implica una dualidad de la sociedad; por un lado, estarían las personas integradas y, por otro lado, las personas excluidas. Serán los factores generadores los que determinen, en un momento dado, que una persona se encuentre en uno u otro lado de la línea.
Estos factores generadores se interrelacionan entre sí y dan lugar a formas de exclusión en determinados colectivos sociales. Se destacan principalmente los siguientes ámbitos como vertebradores de los procesos de exclusión social:
- Laboral
- Económico
- Cultural
- Formativo
- Sociosanitario
- Espacial y habitativo
- Personal
- Social y relacional
- Ciudadanía y participación
De todos estos ámbitos, y dada la situación actual, el ámbito laboral y formativo cobran especial importancia por los cambios económicos, tecnológicos y financieros que configuran un entorno excluyente y excluido. Por tanto, se configura el empleo como un elemento estructurante del resto de áreas. La vida personal y social están condicionadas en gran medida por el trabajo quien facilita el acceso a servicios y recursos que definen estar o no integrado.
En definitiva, será preciso fomentar la organización comunitaria para reivindicar servicios y derechos sociales que den un paso más allá de lo asistencial y aboguen por el desarrollo y autonomía de las personas y las sociedades, además de buscar el compromiso de los entes públicos de diseñar e implementar acciones que empoderen a los colectivos más vulnerables y los alejen de la zona de exclusión social.