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Dictados para secundaria: ejemplos prácticos para trabajar en el aula

Dictado castellano
Paula Jiménez

Paula Jiménez

Mié, 26/11/2025 - 11:29

Las nuevas generaciones escriben cada vez con mayor rapidez, y ese ritmo se nota en su manera de expresarse dentro y fuera del aula. La escritura ligada a chats, comentarios en redes y mensajes breves favorece la inmediatez, pero también lleva a que muchos estudiantes cometan errores gramaticales y ortográficos que hace unos años no eran tan habituales.

Para equilibrar ese tipo de escritura tan rápida, los dictados siguen siendo un recurso eficaz. Ayudan a retomar una escritura más atenta, revisada y consciente. Además, no requieren preparación compleja y se adaptan con facilidad a cualquier grupo, lo que los convierte en una herramienta práctica para reforzar la ortografía y mejorar la expresión escrita del alumnado.

¿Qué es el dictado? 

El dictado es un ejercicio que consiste en que una o varias personas leen en voz alta un texto para que otras lo escriban correctamente. El objetivo principal de este recurso es mejorar la ortografía y la gramática, ya que al trabajarlo se consolidan los conocimientos sobre las reglas de escritura y lectura. 

A través del dictado, también se favorece la comprensión oral y la expresión escrita, permitiendo que el alumnado desarrolle no solo la capacidad de procesar y organizar la información de manera coherente, sino también la habilidad de conectar lo que escucha con lo que escribe. 

Implementación del dictado en el aula 

Para alcanzar los objetivos del aprendizaje en el aula, es fundamental incorporar el dictado de manera planificada.

Tradicionalmente, este recurso se utiliza en la asignatura de Lengua Castellana y Literatura, donde el profesor lee un texto relacionado con el contenido y el alumnado debe escucharlo y escribirlo al mismo tiempo. Sin embargo, no es necesario limitar esta práctica únicamente a dicha asignatura, ya que el dictado puede aplicarse en todas las materias y de múltiples maneras. Por ejemplo, en matemáticas se pueden dictar problemas o enunciados que el alumnado debe transcribir correctamente, mientras que en inglés u otras lenguas extranjeras se pueden dictar frases o diálogos para reforzar tanto la comprensión auditiva como la escritura. 

Por ello, se trata de una actividad versátil que puede aplicarse en todos los contenidos y materias que se trabajen en el aula. Además, también permite adaptarse a distintos niveles y necesidades educativas. Puede utilizarse tanto en Educación Primaria como en educación secundaria, e incluso en la Educación de Personas Adultas, favoreciendo la participación, la atención y un aprendizaje significativo a cualquier edad. 

¿Por qué es importante trabajar con dictados en secundaria?

La educación secundaria es una de las etapas en la que trabajar los dictados es fundamental, ya que es una edad en la que el alumnado está consolidando sus habilidades lingüísticas y cognitivas, así como está desarrollando mayor autonomía en el aprendizaje. 

Por lo tanto, existen múltiples beneficios que, en mayor o menor medida, favorecen el proceso de aprendizaje en el aula. Entre los más destacados, encontramos: 

  • Refuerza la ortografía y la gramática mediante la práctica constante. 
  • Mejora la concentración y la escucha activa durante todo el ejercicio. 
  • Desarrolla la memoria auditiva y visual, favoreciendo la retención del vocabulario. 
  • Fomenta la comprensión lectora y escrita, al analizar el significado y la estructura del texto dictado. 
  • Promueve la autocorrección, ya que el alumnado puede revisar sus errores y aprender de ellos. 

Muestras de dictados para secundaria

Para aprovechar al máximo los beneficios de los dictados, es recomendable comenzar con textos cortos y con vocabulario sencillo, de manera que la actividad resulte accesible y comprensible. A medida que los alumnos y las alumnas ganen confianza y seguridad, se puede incrementar progresivamente la dificultad, incorporando palabras más complejas, estructuras gramaticales variadas y textos más extensos. 

Además, para que esta progresión resulte aún más efectiva, no es necesario seguir siempre la misma modalidad o estructura, ya que los dictados pueden trabajarse de distintas formas según los objetivos y la finalidad que se persiga.

A continuación encontrarás ejemplos de dictados que puedes usar directamente en el aula, adaptados a distintos niveles.

Dictado 1. Dictado corto (66 palabras)

La ciencia detrás del olor a lluvia

El olor que aparece cuando empieza a llover tiene una explicación científica. Se debe a una sustancia llamada geosmina, producida por microorganismos que viven en el suelo. Cuando las gotas de lluvia golpean la tierra, liberan pequeñas burbujas que dispersan este olor en el aire. Después de varios días de calor, el aroma es más intenso porque el terreno está más seco y concentra más geosmina.

Dictado 2. Frases con palabras para dictado

Ejemplos de frases para la correcta escritura de palabras con b y v:

  • La biblioteca renovó varios libros de biología y botánica.

  • El viajero volvió a Valencia después de visitar varios pueblos.

  • La bicicleta verde estaba apoyada bajo la ventana del vestíbulo.

  • El vecino observó a la bandada de aves volando sobre el bosque.

Ejemplos de frases para trabajar la diferencia entre g y j:

  • La profesora explicó el origen del lenguaje con ejemplos muy claros.

  • El viajero recogió su equipaje antes de llegar al alojamiento.

  • La gente imaginó que el proyecto sería más complejo de lo previsto.

  • El registro del edificio exigía la fotocopia del documento original.

Ejemplos de frases que contienen palabras que requieren tilde (agudas, llanas, esdrújulas, hiatos) para diferenciar su significado:

  • Aún no si se lo dio a él o se lo quedó él mismo.

  • Sólo quería descansar, pero el sol no le dejaba dormir.

  • Dijo que con seguridad, aunque no parecía convencido.

  • El que preparó tenía mejor sabor que el que compré yo.

Dictado 3. Dictado largo (285 palabras)

La caja misteriosa

Cada mañana, antes de que suene el timbre del instituto, el conserje recorre el patio para comprobar que todo está en orden. Conoce cada rincón del centro, desde los bancos de madera desgastados hasta los árboles que llevan décadas dando sombra a los estudiantes. A veces encuentra objetos perdidos: una bufanda olvidada, un cuaderno mojado por la lluvia o incluso algún auricular que nadie reclama. Sin embargo, aquel martes halló algo diferente. Bajo la escalera que conecta la entrada con el edificio principal, descubrió una caja metálica cubierta de polvo.

La caja estaba cerrada con un pequeño candado oxidado, pero no parecía dañada. Intrigado, el conserje la llevó a su caseta y trató de abrirla sin romperla. Tras varios intentos, consiguió liberar el cierre y levantó la tapa con cuidado. En el interior había varias fotografías antiguas: escenas del propio instituto cuando apenas era un edificio recién inaugurado. Las imágenes mostraban pasillos más estrechos, aulas casi vacías y un patio sin las pistas deportivas actuales. También aparecían profesores de otra época, vestidos con ropa que ahora parecería extraña, posando con naturalidad frente a la cámara.

Entre las fotografías encontró un cuaderno pequeño, de tapas marrones y cubierto de anotaciones. En las primeras páginas se describían proyectos, reuniones y actividades de los primeros años del centro. Más adelante aparecían relatos breves escritos por antiguos alumnos, algunos firmados y otros anónimos. Había historias de excursiones, exámenes, travesuras y amistades que habían marcado su paso por el instituto. Cada página transmitía una mezcla de nostalgia y entusiasmo juvenil. Al terminar de revisarlo, el conserje comprendió que aquella caja no era solo un objeto olvidado, sino una parte de la memoria del centro, un testimonio que merecía ser compartido.

¡Por último te dejamos un recurso para que puedas usarlo en tu próxima clase!

 

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