¿En qué consiste la Terapia Racional Emotiva Conductual?
Muchas veces nos preocupamos demasiado por los acontecimientos que vienen sin ser llamados y caemos en un pozo de preocupaciones. Creemos que todo irá a peor e, incluso, llega un momento en el que no vemos esa luz al final del túnel del que tanto se habla en las películas. Ahora bien, la inteligencia emocional nos sirve para enfrentarnos a esos pensamientos negativos y ayudarnos a nosotros mismos a ver que se puede salir del agujero sin necesidad de hacer un mar de una gota de agua.
La importancia de las emociones
Es importante destacar que esta forma de actuar tiene que ver con las emociones, las cuales son reacciones psicofisiológicas intrínsecas y propias de nuestro comportamiento y actividad mental de las cuales dependemos la mayoría del tiempo al estar rodeado de estímulos. Lo que nos ayuda a entender de qué manera podemos influir, de forma inteligente y con capacidad de adaptación, en nuestras emociones y en la interpretación que le damos a los estados emocionales de los demás, es la inteligencia emocional.
Pero, ¿cómo se pueden tratar los problemas emocionales y psicológicos que afectan a nuestra capacidad para desenvolvernos en los momentos que acontecen en nuestra vida diaria? ¿Qué nos lleva a tener estas conductas irracionales y poco deseables? ¿Qué nos conduce a actuar y sentir que esa es la forma adecuada de responder ante determinadas situaciones?
Funciones de las emociones
Dentro de la importancia que cobran las emociones, estas cumplen varias funciones importantes, entre ellas destacan:
- La función adaptativa: se basa en preparar al organismo para responder de manera eficaz a los estímulos del entorno, facilitando así su supervivencia.
- La función social: facilitan la comunicación y las relaciones interpersonales, expresando estados internos y permitiendo entender a los demás.
- La función motivacional: considerada una de las más importantes, impulsa a la acción y dirige el comportamiento hacia la consecución de objetivos.
- La función reguladora: ayuda a gestionar y equilibrar el estado emocional interno, contribuyendo al bienestar psicológico.
Todas las emociones son útiles y necesarias para nuestra supervivencia y bienestar, ya que nos ayudan a adaptarnos y prosperar en entornos tanto físicos, como sociales.
¿Quién fue Albert Ellis?
Albert Ellis (1913-2007) fue un psicólogo que, a través de muchos estudios, se dio cuenta de que todos nosotros, o la gran mayoría, desarrollamos pensamientos irracionales que nos hacen ver la realidad de un modo particularmente negativo. Así que creó las teorías que conmocionaron los fundamentos y la metodología en el tratamiento de los problemas emocionales y psicológicos. Una de esas teorías es la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC).
Ellis, interesado bastante en la filosofía, la utilizó como pilar básico en el posterior desarrollo de su teoría. La TREC, es una psicoterapia basada en la afirmación de Epicteto: “Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan acerca de los hechos”. El filósofo griego de la no-preocupación pertenecía a la corriente estoica cuya concepción ética se fundamenta en que el bien no está en los elementos que nos rodean sino en la capacidad para controlar lo que pensamos sobre esos elementos, lo cual nos libera de las pasiones y deseos que alteran la vida. De ahí la frase: “Tomarnos las cosas con filosofía”.
La Terapia Racional Emotiva Conductual
El psicólogo empezó a analizar este tipo de conductas y pensó que las situaciones no son las que generan estados emocionales, sino la interpretación que nosotros mismos hacemos de esas situaciones. Además, consideraba que los problemas conductuales y emocionales podrían tener su origen a partir de tres fuentes: la del pensamiento, la emocional y la conductual, y estaba seguro de que las personas, en gran parte, son las responsables de pensar negativamente, ya sea consciente como inconscientemente.
Esta terapia se basa en el modelo ABC de la psicología cognitiva, la cual muestra la relación entre el pensamiento y la emoción, y la cual afirma que lo que causa la alteración emocional no es lo que sucede en el punto A, sino que las personas crean unas creencias en el punto B, las cuales refuerzan de manera negativa, lo cual se manifiesta en reacciones conductuales o emocionales en el punto C. Dicho de otra forma, los acontecimientos activadores (A) por sí mismos no provocan consecuencias emocionales, conductuales o cognitivas (C), sino que estas dependerán de cómo se interprete (B) dicho acontecimiento.
Como conclusión, esta terapia se centra en intentar cambiar algunas de las interpretaciones que hacemos las personas y que nos llevan a realizar las conductas que pretendemos cambiar. Por tanto, la forma de conseguir cambios en este aspecto es identificando y actuando sobre las convicciones e interpretaciones que hacemos de las cosas que nos pasan. De modo que son las propias personas las que tienen los recursos necesarios para poder modificar sus pensamientos.
Texto escrito por Paula Vivas Cano